Conocí a Paco cuando ambos éramos muy jóvenes y peleábamos por un sueño común: la animación sociocultural, la educación popular, el pensamiento crítico y la participación ciudadana, que se resumían en el -entonces-naciente proyecto de las Universidades Populares. Fueron muchas reuniones, talleres, encuentros, viajes... compartidos con otros jóvenes de toda España, construyendo otro mundo posible, inventando el futuro. No siempre se cumplieron nuestros sueños, a menudo tuvimos que negociar con la realidad tozuda, con la incomprensión, las resistencias a los cambios, las inercias del pasado, las mentalidades burocráticas... Nos equivocamos, seguro, muchas veces pero nunca dejamos de soñar ni de pelear por los sueños. Recuerdo de Paco su sonrisa -iluminando toda su cara-, su bigotillo, su convicción en las ideas, su persistencia en el debate... Ese es el recuerdo que quiero conservar de él, siempre jóven, siempre luchador por un mundo mejor.
Conocí a Paco cuando ambos éramos muy jóvenes y peleábamos por un sueño común: la animación sociocultural, la educación popular, el pensamiento crítico y la participación ciudadana, que se resumían en el -entonces-naciente proyecto de las Universidades Populares.
ResponderEliminarFueron muchas reuniones, talleres, encuentros, viajes... compartidos con otros jóvenes de toda España, construyendo otro mundo posible, inventando el futuro.
No siempre se cumplieron nuestros sueños, a menudo tuvimos que negociar con la realidad tozuda, con la incomprensión, las resistencias a los cambios, las inercias del pasado, las mentalidades burocráticas...
Nos equivocamos, seguro, muchas veces pero nunca dejamos de soñar ni de pelear por los sueños.
Recuerdo de Paco su sonrisa -iluminando toda su cara-, su bigotillo, su convicción en las ideas, su persistencia en el debate...
Ese es el recuerdo que quiero conservar de él, siempre jóven, siempre luchador por un mundo mejor.
Fernando de la Riva